Escalera de la metacognición
Pocas veces nos paramos a reflexionar sobre lo aprendido en una clase o con una nueva experiencia, ya sea como estudiantes, como profesores o simplemente como personas. Estas reflexiones son los “deberes” que deberíamos autoimponernos siempre. Aunque sé por experiencia que muchas veces no disponemos del tiempo que nos gustaría dedicarle a cada cosa, existe una rutina sencilla que nos facilitará el proceso de reflexión contestando a 4 simples preguntas, la denominada “escalera de la metacognición”.
Ahora que ya nos hemos familiarizado con la escalera, voy a aplicarla a lo aprendido en la clase de innovación y TICs en la enseñanza del lunes pasado.
¿Qué aprendí el lunes?
Una nueva metodología para reflexionar sobre lo aprendido, la escalera de la metacognición.
Que las primeras impresiones engañan.
Que existen numerosísimas TICs con las que no estoy familiarizada y que lo desconocido puede agobiar.
¿Cómo lo he aprendido?
A través del profesor de la asignatura (@NVilandry) que nos ha planteado una reflexión sobre la clase a través de estas 4 preguntas.
Por una novatada @NVilandry que se ha hecho pasar por un profesor tiránico para luego anunciar a golpe de bocina que era todo una farsa.
Con imágenes de logos de distintas aplicaciones y a través de la práctica. Creando perfiles y “trasteando” en varias de ellas, el clásico ensayo-error. Pero sin un protocolo definido sobre cómo hacerlo, como un empujón a la piscina para enseñar a nadar: o nadas o te ahogas.
¿Para qué me ha servido?
Para darme cuenta de que es importante analizar lo que aprendemos y que se puede hacer a través de estas sencillas preguntas.
Para no juzgar por la primera impresión, y para reflexionar sobre la imagen que me gustaría que mis alumnos tuvieran de mí como profesora.
Para empezar a familiarizarme con algunas aplicaciones y sus posibles usos en educación. Para darme cuenta de que puedo familiarizarme con nuevas tecnologías también de manera autónoma. Y para experimentar los que se siente al salir de tu zona de confort y reflexionar sobre cómo afrontar lo desconocido.
¿En qué ocasiones puedo usarlo?
Podré utilizar la escalera de la metacognición para analizar lo aprendido como estudiante en cualquier clase que reciba. Además podré aplicarla a otros ámbitos no relacionados con la educación. Cuando me convierta en profesora podré incorporarla a la rutina de la clase para que los alumnos reflexionen sobre lo aprendido en la materia. Al mismo tiempo podré usarla para reflexionar sobre lo que he aprendido yo como profesora a través de la clase: si he gestionado bien las dudas y conflictos, etc.
Me servirá de recordatorio para no dejarme guiar por las primeras impresiones, para no clasificar a alumnos por una mala actitud aislada y ser consciente de que muchas veces las personas se ponen una coraza representando un papel que no se corresponde con la realidad. Y quién sabe, a lo mejor copio la novatada para usarla en alguna clase…
Podré incorporar las aplicaciones con las que me familiarice a mis clases para amenizar el aprendizaje de mis futuros alumnos, nativos tecnológicos. Ahora que he experimentado el desconcierto a lo desconocido, aumenta mi empatía con el caos que puede llegar a sentir el alumno ante un aluvión de nuevos conocimientos que no le son familiares, por lo que intentaré que ese proceso resulte lo menos traumático posible. Al mismo tiempo, el empujón inicial ha desencadenado una reacción posterior para buscar soluciones que me gustaría transmitir a los alumnos: no todo se les va a facilitar en la vida y está bien expandir los límites de nuestra zona de confort.
Como veis es una rutina sencilla de incorporar al análisis de muchos aspectos de nuestras vidas. Os animo a darle una oportunidad a la escalera.
Comments